LO INFRAORDINARIO.

REIVINDICACIÓN DE LO ONÍRICO

 

Luis Andrade (Ciudad de México, 1987) maneja una técnica pulcra, un dibujo seguro. Con trazos negros en equilibrio con el soporte blanco, genera atractivas e inquietantes historias a partir de la selección de elementos compositivos cargados de poesía. Su formación dentro de las ciencias exactas, así como su ejercicio fotográfico, aportaron valiosas herramientas para adentrarse en la animación y la visualización tridimiensional; que en los trabajos de esta exposición hacen patente la inclinación narrativa y la exploración espacial.

Su obra tiene importantes referencias interpretativas dando pie a querer desentrañar su sentido. El guión curatorial no se enfoca en seguir las series de modo estricto, sino que las hace dialogar para envolvernos en distintos espacios: el marino, el terrestre, el que está traspasando la atmósfera; todos ellos relacionados con lo que va más allá de lo ordinario y con la inmaterialidad de la ficción, las fobias y los sueños.

Las composiciones de Andrade están cargadas de sus vivencias e interpretaciones personales, pero también se exhiben sus influencias plásticas y literarias. Imposible no recordar las estampas del japonés Katsushika Hokusai (1760 -1849) y la ciencia ficción del francés Julio Verne (1828 – 1905). Ecos plenamente conscientes para el artista. Las fechas de vida de estos dos creadores coinciden con el desarrollo del movimiento romántico, que Andrade retoma tal vez sin darse cuenta, pero cuya carga poética lo lleva a reinvindicar lo onírico de un modo más cercano al movimiento simbolista producido a fines del siglo XIX.

Debido a la presencia de tintes oscuros y esotéricos de sus personajes similares a los arcanos del Tarot y las constelaciones asociadas a los signos zodiacales, son manipulados por Andrade para aportarles significado, haciendo alianzas con las que crea su propia mitología. Por otro lado, con los juegos espaciales se acerca, según Andrade de modo fortuito, a la obra del neerlandés Maurits Cornelis Escher (1898 – 1972) al tiempo que dota a cada momento cotidiano de un halo metafísico.

Andrade ha logrado presentarse de manera individual y colectiva en Puebla, Ciudad de México, París, Barcelona y Tokio.

 

Ana Catalina Valenzuela González

Agosto 2019