Soñé que un cachorro vivía en el baño de un pequeño departamento donde habitábamos mi familia y yo. El cachorro había sobrevivido un tiempo en la cañería, acosado y torturado por las ratas, razón por la cual desarrolló una fiereza terrible para su corta edad.
Al principio solo escuchamos los ladridos salir del baño y por más que buscamos no aparecía. Al cabo de un tiempo, vimos una sombra deambulando las paredes hasta que finalmente el cachorro apareció. Su tamaño y facciones tiernas contrastaban con su agresividad.
Decidimos que el cuarto de baño sería su jaula mientras lo domesticábamos. Al pasar los días su temperamento cedió. Había esperanza.